Los trabajos orales.

Uno de los temas más "clásicos" y recurridos en el acto sexual es la estimulación oral (felación, mamada, cunnilingus, todos sabéis a lo que me refiero).
Y es algo normal, porque a quien más o a quien menos, a todos nos gusta que eventualmente nuestra pareja nos dé ese pequeño gustazo.
Es rápido, placentero y relativamente sencillo, pero a menudo cometemos el error de pensar que es "lo más fácil" y, por ende, el recurso rápido para cuando no hay tiempo o simplemente no hay ganas de ahondar en temas sexuales más complejos, y por ello se acostumbra a desatender la técnica, así que ahí van unos consejos para que os sea más fácil encontrar un mayor placer en los encuentros orales.

Para ellos:

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-Es normal que las primeras veces no sepáis muy bien qué hacer cuando os encontréis ahí abajo, pero no os preocupéis, porque las mujeres reciben gran parte del placer del frote de las zonas externas de la vagina, así que no os angustiéis si no llegáis con la lengua hasta donde llegaríais con el pene, no es necesario.
-No os limitéis a lamer de abajo a arriba y de arriba a abajo. Es una vagina, no un Calipo, y como tal requiere más movimiento. Probad a hacer círculos o formas simples; un pequeño juego que además nos ayudará a no cansarnos tan rápidamente es escribir el abecedario con la lengua, aportando una mayor variedad de movimientos que seguro que nuestra pareja agradecerá del todo.
-Si nuestra pareja no está acostumbrada a depilarse la zona genital, no tengáis reparo en decírselo. Hay gente más tolerante que otra, pero a nadie le gusta comer pelos, y si intentamos sobrellevarlo puede acabar mermando nuestras ganas de poner la boca ahí.
-El clítoris, como ya sabréis, es el punto más sensible de toda la zona vaginal, y es necesario tenerlo muy en cuenta a la hora de tratar con él, ya que hay mujeres a las que no les es agradable la succión ahí o el roce de los dientes. Si no estáis seguros de si vuestra pareja es demasiado reacia, efectuad una pequeña prueba entre lamidas; acercáos y dad un par de pasadas suaves, algún roce y quizá una pequeña succión. Y no temáis en preguntarle si les molesta, posiblemente hasta les parezca un detalle muy agradable que os preocupéis por ellas.
-Tened en cuenta que da mucho más placer el que la lengua no esté "dura", intentad ponerla plana, como cuando laméis una cuchara. Eso ayuda a no sobrecargar el clítoris que se sobreexcita con mucha facilidad, además de que toquéis donde toquéis daréis placer, ya que abarcáis una zona más grande que si buscáis solo con la punta de la lengua. Parece una tontería, no lo es, la clave de que guste más o guste menos depende en el 80% de como pongáis la lengua, más que como la mováis.

Para ellas:
Los consejos son bastante parecidos, pero adaptados obviamente a la fisionomía masculina.
-No os lancéis a meterlo todo dentro. Eso es como cuando se recurre al "polvo rápido de sacar ropa y meterla": no está mal, pero si se hace siempre así acaba cansando y aburriendo. Por eso, el jugueteo previo es igual de necesario en ambos casos; lamed la zona, sobretodo por la pared inferior del pene, y alrededor del glande, haciendo pequeñas inserciones hasta que, poco a poco o por sorpresa (que acostumbra a ser un punto muy a favor), lo metáis todo (o casi todo, el deepthroat es algo muy personal y cada uno sabe dónde están sus límites).
-Aún así, en entretiempo, cuando paréis a tomar aire (porque obviamente nadie espera que aguantéis la respiración y continuéis hasta la eyaculación) podéis seguir lamiendo la zona para no dejar de estimular en ningún momento.
-El tema de los testículos es un asunto muy personal. Hay gente a la que le gusta mucho que le laman y succionen esa zona, hay gente que lo detesta. Por eso digo lo mismo que he dicho en el apartado para ellos: no tengáis reparo en preguntarle a vuestra pareja si le gusta. Y si no lo sabe, bueno, entonces es cosa de probarlo.
-"El glande es el equivalente al clítoris". Sí pero no; el glande es realmente una zona con mayor sensibilidad, al igual que el clítoris, pero no por ello se debe abusar de él, ya que en los hombres acostumbra a volverse incómodo con mayor facilidad si se excede la estimulación sin descanso. Es como si nosotros de pronto os pusiéramos el dedo ahí y nos estuviéramos un cuarto de hora dándole vueltas y apretando; acabaría siendo realmente molesto e incluso doloroso. Solo que con un hombre ese cuarto de hora pueden ser un par o tres de minutos perfectamente.
-En el caso de que queráis "profundizar más" seguramente os encontraréis con varios problemas. Y es que os costará respirar y os atragantaréis o tendréis nauseas. Para respirar aprovechad el tiempo en el que os la estáis sacando (nunca cuando se está metiendo), serán respiraciones cortadas y muuuuy lentas, acostumbráos al ritmo que mejor os vaya hasta que seáis capaces de aguantar cualquiera. Y para las nauseas mantened la lengua abajo, de manera que la campanilla queda escondida, no solo os permitirá meterla más adentro, sino que las nauseas desaparecerán casi por completo.
-Los dientes, sobre todo, esto es lo más importante, da igual que os la metáis hasta el esófago si rozáis con las muelas, no hay nada que corte más el rollo, así que procurad mantener SIEMPRE los dientes "mordiendo" vuestros labios. Si tenéis que apretar más hacedlo siempre con los labios o apoyaos con las manos, jamás con los dientes.
-Con los pelos es exactamente lo mismo que en el caso contrario: si no os gustan, decidlo. Se puede recortar o incluso depilar la zona (y chicos, no me seáis cerrados, nadie pierde la masculinidad por depilarse ahí abajo).


En cualquier caso, no importa si tenéis claros o no los conceptos básicos, si haces deep throat o no, si encontráis el clítoris o lo buscáis en Portugal. Lo que importa es que demostréis que lo que estáis haciendo os gusta tanto como al que lo está recibiendo :)


Y sin más, hasta aquí los consejos básicos que hay que tener en cuenta a la hora de practicar la estimulación oral.

Y recordad: no hay manera más sorprendente y placentera de despertar una buena mañana que con la cabeza de tu pareja entre las piernas!

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